Fútbol: el juego infinito

Plaza y Janés anuncia para mayo y dentro de su colección Conecta el volumen Fútbol: el juego infinito, el nuevo fútbol como símbolo de la globalización del ex jugador Jorge Valdano.

Fútbol el juego infinito

Sinopsis:

No existe ningún otro fenómeno social que, como el fútbol, se haya adaptado con más naturalidad a la globalización. A pesar de tratarse de un juego en apariencia tan primitivo y alérgico en su práctica a la tecnología, se ha incorporado con enorme facilidad a todos los vehículos de comunicación: prensa, radio, televisión, internet y todas las variables de redes sociales existentes y por venir. Y en este proceso, se ha convertido en un negocio planetario, que explota la emoción, que necesita de héroes y al que ya no le alcanza el resultado para seducir.

En Fútbol: el juego infinito, Jorge Valdano repasa los diferentes actores que participan en este espectáculo, y describe cómo cada uno de ellos se ha adaptado a esa nueva realidad global del fútbol. Cómo el juego en sí mismo ha cambiado, transformando el papel de los entrenadores y de los jugadores, a quienes ha convertido en nuevos héroes planetarios. Explica cómo, en definitiva, el fútbol es hoy un negocio sin fronteras que genera una emoción en perpetua renovación, y que convierte a los aficionados en clientes.

Anna y el hombre golondrina

Plaza y Janés edita en marzo la novela Anna y el hombre golondrina de Gavriel Savit, una deliciosa historia de amistad a través de un peligroso viaje en medio de un mundo en guerra.

Anna y el hombre golondrina
Sinopsis:

Cracovia, 1939. Un millón de soldados en marcha y mil perros ladrando. No es lugar para crecer. Anna tiene solo siete años el día en que los alemanes se llevan a su padre, profesor de lingüística, durante la purga de intelectuales en Polonia. Está sola cuando se encuentra con el Hombre Golondrina, un astuto embaucador, alto y extraño, con más de un as en la manga, un impostor que logra que incluso los soldados con los que se cruza solo vean lo que él quiere que vean.

El Hombre Golondrina no es el padre de Anna -ella lo sabe de sobra-, pero también sabe que, como su padre, está en peligro y que, como su padre, tiene un don para las lenguas: habla polaco, ruso, alemán, yiddish e incluso el lenguaje de los pájaros. Cuando el misterioso individuo consigue que una bella y brillante golondrina se pose en su mano para que Anna deje de llorar, la niña se queda embelesada. Y decide seguirlo adonde vaya.

A lo largo de su viaje Anna y el Hombre Golondrina esquivarán bombas y soldados e incluso harán amigos. Pero en un mundo que se ha vuelto loco todo puede constituir un peligro. Incluso el Hombre Golondrina.