La chica mecánica

La chica mecánicaLa chica mecánica
Paolo Bacigalupi
Editorial: Plaza y Janés Editores
Colección: Éxitos
Traducción de Manuel de los Reyes
Ilustración de Raphael Lacoste
Primera edición: junio de 2011
Número de páginas: 538
Precio: 21 euros
ISBN: 978-84-01339-40-0
Más info: Random House Mondadori

Novela ganadora del premio Nebula Award 2009.
Novela ganadora del premio Hugo Award 2010 (ex-aequo con The City & the City de China Miéville).
Novela ganadora del premio John W. Campbell Memorial Award 2010.

Reseña de Jack Moreno:

Bangkok es un hervidero de expatriados que luchan por sobrevivir a las persecuciones y la pobreza. La época de prosperidad y expansión quedó atrás. Escasean los recursos básicos, las fuentes de energía fósiles desaparecieron y los alimentos se vieron expuestos a plagas y manipulaciones genéticas peligrosas. Nada es natural y todos los productos son sospechosos de portar enfermedades.

Grandes paquidermos sirven para mover los engranajes internos de las empresas multinacionales que abastecen a la ciudad de semillas transgénicas, dirigidas por extranjeros sin escrúpulos como Anderson Lake. La precaria actividad económica de estas empresas consigue mantener la producción a duras penas, recurriendo a sobornos, trabajo infantil y a la contratación de mano de obra barata, poco cualificada y sometida a prejuicios religiosos y raciales.

Llegada desde Japón, la neoser artificial Emiko es presa fácil de la burla y el desprecio en la sala de baile y prostitución en la que trabaja. Ha sido programada para obedecer y complacer los apetitos más bajos de sus creadores, pero en lo más profundo de su ser late la ilusión de liberarse, de marchar al norte donde los seres mecánicos viven sin amos ni obligaciones. Los neoseres fueron concebidos en Japón debido a la baja natalidad y a la escasez de obreros. Seres artificiales, burdos objetos todavía, se delatan por su belleza desmedida, sus rápidos movimientos antinaturales y sus excelentes cualidades físicas (aunque parece que no han conseguido resolver el eterno problema del recalentamiento).

Hock Seng es un tarjeta amarilla, un inmigrante de origen chino venido a menos que ejerce de secretario y consejero de Lake, aunque su verdadera intención es traicionar a los odiados extranjeros y recuperar su imperio comercial. Y en torno a todos el ministerio de medio ambiente tailandés se yergue como el organismo poderoso que mantiene el equilibrio en el consumo y ejerce el control real del país gracias a sus camisas blancas, unos funcionarios implacables pero también fáciles de sobornar.

Entonces ocurre el estallido: el protector de la reina aparece asesinado y todos se acusan entre sí.

La contracción del petróleo, el racionamiento del carbón, el crecimiento del nivel de mar, la compra de créditos de contaminación, el desastre del almacén de semillas de Finlandia (no se explica qué le pudo pasar), el control sanitario del pescado, el uso de muelles percutores, la vuelta a la tracción animal (megodontes), los ordenadores de pedales o las radios de manivela son algunos de los conceptos e ideas que el autor utiliza en la novela para explicar el retroceso tecnológico y energético que ha sufrido el planeta. Bacigalupi renuncia a presentar energías alternativas o nuevas fuentes futuristas; simplemente, nombra un reciente colapso tecnológico de grandes proporciones pero sin explicar el origen ni proponer nada nuevo.

Tras exponer la situación social, económica y tecnológica de la ciudad y los problemas personales de los personajes, la novela se convierte en un relato coral lento, aburrido y no muy atractivo para el lector habitual de ciencia ficción, que hubiera preferido un poco más de contenido en materia en cuanto a distopía fantástica se refiere. Y también un poco más de acción. A la mitad del libro, la narración cambia de golpe y adopta un trasfondo poco original en forma de aventura de espías, golpes de estado y guerras civiles típicas de cualquiera país asiático. Termina su relato el autor reuniendo con torpeza a todos los personajes (en la misma habitación) en un final soso y esperado a más no poder.

El título original de la novela es The Windup Girl, pero el editor español ha preferido inventarse uno más comercial y atractivo para los lectores de ciencia ficción antes que traducirlo correctamente, algo que siempre ha sido bastante habitual en nuestro mundillo. En efecto, con the windup girl Bacigalupi se está refiriendo a la delicada muñeca de cuerda que es Emiko, a su limitada autonomía y a sus movimientos antinaturales, y también a la situación de crisis energética, en donde nada funciona ya con los derivados del petróleo porque no hay, y en donde parece que es necesario darle cuerda a casi todo para que marche un poco hasta que se vuelva a detener.

A Bacigalupi le resulta imposible evitar un homenaje claro a Blade Runner con los neoseres que aparecen en La chica mecánica, con una naturaleza y unos dilemas internos parecidos a los replicantes de la cinta de sir Ridley Scott pero sin la profundidad y la originalidad de estos últimos. Como ejemplo baste la siguiente la frase «los neoseres son más japoneses que los propios japoneses» o el supuesto hacedor mecánico —Tyrell— que se deja ver fugaz al final del relato.

Mucho premio para tan pocas nueces. La chica mecánica no es verdadera ciencia ficción en mi opinión. Parece más una novela de catástrofes al estilo de autores como Licoln Child o Douglas Preston. Esperamos mejores libros de este joven autor.

Excelente portada del dibujante francés afincado en Canadá Raphael Lacoste.

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