100 ejemplos de cómo usar los dos puntos

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Los dos puntos es un signo de puntuación que indica que lo que sigue es consecuencia o conclusión de lo que antecede y que en el habla es una pausa precedida de un descenso en el tono.

A continuación, en este post os reseño una lista con cien ejemplos del uso de los dos puntos.

Los ejemplos están divididos en seis categorías diferentes.

En la reproducción de citas (se abren comillas y se inicia con mayúsculas)

Ya lo dijo Philip K. Dick: «La realidad es aquello que persiste cuando dejas de creer en ella».
Aquel hombre que había escuchado gritar: “¡Viva Napoleón!”, era americano.
Tendría que llevar encima un cartel, ¿sabe?: «He salido a comer», o algo parecido.

En relaciones causa-efecto, conclusión, resumen, verificación

Tenía razón: no había sido una coincidencia.
La temperatura es relativamente buena: no llega a los diez grados bajo cero.
Luis tenía experiencia abriendo puertas: no en vano había trabajado con ladrones.
Luis no trabaja aquí: no tiene por qué atender a estos clientes.
Acogimos la invitación con más escepticismo que alborozo: no sabíamos qué nos esperaba.
Tenía la mente en blanco: no se le ocurría nada.
Esta mañana usted pudo evitarlo: no lo hizo.

Y además está la lluvia: nunca cae para llenar los embalses, pero sí para empaparte.
Una cosa es segura: nunca dejaré de quererla.
Empezó a pedir ayuda: nunca había sentido tanto miedo.
Es la regla de los negocios: nunca hay que arriesgar el dinero propio.
En mi oficio es bueno cambiar de papel con frecuencia: nunca es bueno encasillarse.

No quiero decir que haya nada malo en ti: te conozco y sé que no lo hay.
Muy bien, está decidido: te quedarás con nosotros.
Es mucho más que eso: te he salvado de la horca.

Estos cacharros son de doble sentido: también pueden escucharte por ellos.
No sólo le pegó un puñetazo en la cara: también le propinó una patada en el culo.

La paella es un plato muy completo: tiene fécula, proteínas, fibra…
Este libro se lee bien: tiene la letra grande y el formato agradable.
Lo primero es lo primero: tenía que ponerse en contacto con la estación.
Escúchame —dijo dirigiéndose a Emily; no podía esperar: tenía que decírselo allí mismo.
No soporto que se me queden mirando: tengo las orejas muy grandes.
Usted no puede aceptar eso: tiene mentalidad de policía.
Nadie se atrevía a acercarse a él: tenían miedo, seguro.

Al decir, repetir, darse cuenta, consular y recordar

Dígame: ¿hay alguien aquí?
Pero no ha contestado a mi pregunta: ¿pudo ver cuántos eran?
Dime una cosa: ¿los hiciste tú?

Dicho de otro modo: me gusta ayudar a los demás.
O mejor dicho: había un solo lugar.
Ya se lo he dicho: sobre este tema no hay más que hablar.
Sí, sí, es lo que yo decía: es casi una profanación.
Lo dicho, Luis: me quedaré aquí una semana más.
Tengo razón. Dilo: di que tengo razón.
Una cosa hay que decir sobre los suizos: no les importó que no hablásemos su idioma.
Avanzad, repito: avanzad todavía más.
Pues sí, no lo oculto: espero a otra persona.
Sin embargo, te lo repito: se prudente, Alberto.
En una palabra: la isla estaba habitada.
Dejémoslo claro: aquí no hay nadie.
Para abreviar: me estoy cansando de todo.
Mi opinión es: hazlo o no lo hagas.
Jamás pensé que me diría eso: que todo era mentira.
¿Qué tiene que decir sobre esto? Pues lo mismo que yo: poco.
Sólo por curiosidad, dígame: si tiene tan confianza en él, ¿por qué lo hace vigilar?

Recuerda: tú no me has visto nunca.
Ahora lo recuerdo: era un asunto muy grave.
Y recuerde: ésta es la primera vez que toma café; más tarde tendrá otras oportunidades.
Era otra de las cosas que tenía que recordar hoy: de lavar algo de ropa.
Te lo advierto una vez más: no me sigas.
Entonces se dio cuenta de ello: todo cuadraba.
De repente se dio cuenta de algo: llevaba la fecha de hoy.
Oyó un ruido detrás: estaban fundiendo la puerta del almacén.
Escucha, Joe: quiero que vengas a casa, si puedes.
Eso es: le vi en un sueño.

Verán: yo hago lo que quiero.
Mírame: ¿cómo crees que pude hacerlo yo?
Allí estaba el número del contenedor: siete.
Consultó el reloj: las diez y media.

Al ver o apercibirse de algo

Luis lo examinó: era de una solidez a toda prueba.
Se quedó mirando un cúmulo de rocas: era la isla de Montecristo.
La barca frenó su marcha: era evidente que habían llegado a tierra.
Distinguió una sombra: era Joe, que acababa de llegar.
El conde le dio unas palmaditas en la espalda: era su manera de darle las gracias.
Estaba horrorizado: aquello era como un enorme horno en llamas.
No se veía nada: ni cifras no datos

Tras locuciones de carácter introductorio

No cabía duda: el sonido venía de arriba.
No cabía duda: algo estaba pasando en la otra habitación.
No había duda: también había previsto esto.
No había duda: estaba escrito en la parte superior de la hoja.

Y no sólo eso: también dejó a su mujer.
Y no sólo eso: también están retirando los vehículos de la calle.

Al concluir una frase anterior relacionada

Le llenaba de orgullo: la satisfacción del deber cumplido.
Forma parte de una gran familia: la de los Smith.
Ese es un lugar hermoso: el que Dios ha creado para todos nosotros.
Qué curioso: lo mismo para los cuatro.

Aún quedan bastantes páginas por rellenar: lo que no sé es si tendré fuerzas.
No tuvo que pensar mucho en ello: lo tenía claro.
Joe actuó poco en esa obra: lo justo para luego poder sentarse y observar el final.

El policía llegó maldiciendo: apenas había logrado detener a dos o tres de los ladrones.
No encontraron ningún asesino: tan sólo algunos rastros del asesinato y una ambulancia.
El hombre pareció surgir de detrás de la colina: más o menos allá donde cayó el avión.

Luis agachó la cabeza y cerró los ojos: de nuevo aquella punzada de dolor en el pie.
Ni Luis ni tú sabéis cómo disponer de una colección así: yo sí.
A cada cual lo suyo: yo prefiero las balas.
La cuestión es muy sencilla: quiero todo el dinero.

Montañas y bosques: una selva.
Vio conexiones incompletas, trabajo a medio hacer: una máquina incompleta.

Regla primera: prohibido fumar.
Una cosa: las acusaciones contra Steve. Me resulta difícil creer en ellas.
Lo prometido: ahí van tus 100 dólares.
¿Te acuerdas de lo que hizo Luis? Pues bien: ha vuelto a hacerlo.

Una suma de dinero y un trabajo a cambio: eso fue todo.
Deja la lámpara encendida: eso le entretendrá.

Las ventas no han variado demasiado: ni antes eran más, ni ahora son menos.
Seguí caminando cabizbajo: mejor no mirarlos.

Sí, eso es el jardín: pura poesía.
Seamos realistas: algunos de nosotros no deseamos seguir con esto.

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35 comentarios en “100 ejemplos de cómo usar los dos puntos

  1. Buenos días. Quisiera saber si es correcto (no si es más o menos recomendable, sino si es correcto), en casos particulares, usar los dos puntos más de una vez en un mismo enunciado.
    El caso particular al que me refiero es este:
    «Como decia Schopenhauer: «los grandes enemigos de la felicidad humana son dos: el dolor y el aburrimiento.»»

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